31 Os escribimos también a vosotros una copia de la carta que sobre
vosotros hemos escrito a nuestro pariente Lástenes para que la conozcáis:
32 El rey Demetrio saluda a su padre Lástenes.
33 Por sus buenas disposiciones hacia nosotros hemos decidido
conceder favores a la nación de los judíos, que son amigos nuestros
y
observan lo que es justo con nosotros.
34 Les confirmamos la posesión del territorio de Judea y de los tres
distritos de Aferema, Lidda y Ramatáyim que han sido desprendidos de
Galilea y agregados a Judea con todas sus dependencias en favor de los que
sacrifican en Jerusalén, a cambio de los derechos reales que el rey percibía
de ellos antes cada año por los productos de la tierra y el fruto
de los
árboles.
35 En cuanto a los otros derechos que tenemos sobre los diezmos y
tributos nuestros, sobre las salinas y coronas que se nos
deben, les
concedemos desde ahora una exención total.
36 No será derogada ni una de estas concesiones a partir de ahora en
ningún tiempo.
37 Procurad hacer una copia de estas disposiciones que le sea
entregada a Jonatán para ponerla en el monte santo en lugar visible.»
38 El rey Demetrio, viendo que el país estaba en calma bajo su
mando y que nada le ofrecía resistencia, licenció todas sus
tropas
mandando a cada uno a su lugar, excepto las tropas extranjeras que había
reclutado en las islas de las naciones. Todas las tropas que había recibido de
sus padres se enemistaron con él.
39 Entonces Trifón, antiguo partidario de Alejandro, al ver que todas
las tropas murmuraban contra Demetrio, se fue donde el árabe Yamlikú que
criaba al niño Antíoco, hijo de Alejandro,
40 y le instaba a que se lo entregase para ponerlo en el trono de su
padre. Le puso al corriente de toda la actuación de Demetrio y del odio que
le tenían sus tropas. Permaneció allí muchos días.
41 Entre tanto envió Jonatán a pedir al rey Demetrio que retirara las
guarniciones de la Ciudadela de Jerusalén y de las plazas fuertes
porque
hostilizaban a Israel.
42 Demetrio envió a decir a Jonatán: «No sólo haré esto por ti y por
tu nación, sino que os colmaré de honores a ti y a tu nación cuando tenga
oportunidad.
43 Pero ahora harás bien en enviarme hombres en mi auxilio, pues
todas mis tropas me han abandonado.»
44 Jonatán le envió a Antioquía 3.000 guerreros valientes, y cuando
llegaron, el rey experimentó gran satisfacción con su venida.
45 Se amotinaron en el centro de la ciudad los ciudadanos, al pie de
120.000, y querían matar al rey.
46 El se refugió en el palacio, y los ciudadanos ocuparon las calles de
la ciudad y comenzaron el ataque.
47 El rey llamó entonces en su auxilio a los judíos, que se juntaron
todos en torno a él y luego se diseminaron por la ciudad. Aquel día llegaron
a matar hasta 100.000.
48 Prendieron fuego a la ciudad, se hicieron ese mismo día con un
botín considerable y salvaron al rey.
49 Cuando los de la ciudad vieron que los judíos dominaban la ciudad
a su talante, perdieron el ánimo y levantaron sus clamores
al rey
suplicándole:
50 «Danos la mano y cesen los judíos en sus ataques contra nosotros
y contra la ciudad.»
51 Depusieron las armas e hicieron la paz. Los judíos alcanzaron gran
gloria ante el rey y ante todos los de su reino y se volvieron a Jerusalén con
un rico botín.
52 El rey Demetrio se sentó en el trono de su reino y la tierra quedó
sosegada en su presencia.
53 Pero faltó a todas sus promesas y se indispuso con Jonatán. Lejos
de corresponder a los servicios que le había prestado, le causaba
graves
molestias.
54 Depués de estos acontecimientos, volvió Trifón y con él Antíoco,
niño todavía, que se proclamó rey y se ciñó la diadema.
55 Todas las tropas que Demetrio había licenciado se unieron a él y
salieron a luchar contra Demetrio, le derrotaron y le pusieron en fuga.
56 Trifón tomó los elefantes y se apoderó de Antioquía.
57 El joven Antíoco escribió a Jonatán diciéndole: «Te confirmo en el
sumo sacerdocio, te pongo al frente de los cuatro distritos y quiero que te
cuentes entre los amigos del rey.»
58 Le envió copas de oro y un servicio de mesa, y le concedió
autorización de beber en copas de oro, vestir púrpura y llevar fíbula de oro.
59 A su hermano Simón le nombró estratega desde la Escalera de
Tiro hasta la frontera de Egipto.
60 Jonatán salió a recorrer la Transeufratina y sus ciudades, y todas
las tropas de Siria se le unieron como aliadas. Llegó a Ascalón y
los
habitantes de la ciudad le salieron a recibir con muchos honores.
61 De allí pasó a Gaza donde los habitantes le cerraron las puertas.
Entonces la sitió y entregó sus arrabales a las llamas y al pillaje.
62 Los de las ciudad vinieron a suplicarle y Jonatán les dio la mano,
pero tomó como rehenes a los hijos de los jefes y los envió a Jerusalén. A
continuación, siguió recorriendo la región hasta Damasco.
63 Jonatán se enteró de que los generales de Demetrio se habían
presentado en Kedes de Galilea con un ejército numeroso para apartarle de
su cargo.
64 Entonces dejó en el país a su hermano Simón y salió a su
encuentro.
65 Simón acampó frente a Bet Sur, la atacó durante muchos días y la
bloqueó.
66 Le pidieron que les diese la mano y él se la dio. Les hizo salir de
allí, ocupó la ciudad y puso en ella una guarnición.
67 Por su parte, Jonatán y su ejército acamparon junto a las aguas de
Gennesar, y muy de madrugada partieron para la llanura de Asor
68 donde el ejército extranjero les vino al encuentro en la llanura
después de dejar hombres emboscados en los montes. Mientras este ejército
se presentaba de frente,
69 surgieron de sus puestos los emboscados y entablaron combate.
70 Todos los hombres de Jonatán se dieron a la fuga sin que quedara
ni uno de ellos, a excepción de Matatías, hijo de Absalón, y de Judas, hijo
de Kalfi, capitanes del ejército.
71 Jonatán entonces rasgó sus vestidos, echó polvo sobre su cabeza y
oró.
72 Vuelto al combate, derrotó al enemigo y le puso en fuga.
73 Al verlo, sus hombres que huían volvieron a él y con
él
persiguieron al enemigo hasta su campamento en Kedes y acamparon allí.
74 Cayeron aquel día del ejército extranjero hasta 3.000 hombres.